jueves, 29 de diciembre de 2011

Simplifícate

TEMA: CREATIVIDAD Y FORMAS EVOCADORAS

Ya sabemos que la creatividad implica la invención de nuevos procedimientos gracias a la aplicación de hechos y de principios nuevos o antiguos, o gracias a combinar elementos o algunos de ellos para describir combinaciones y hechos más nuevos y para sintetizar nuevas estructuras según datos cuyos vínculos hasta ahora no habían sido reconocidos ni utilizados (L.S. Kubie).

En esta definición ya viene implícita la forma evocadora: son formas que nos remiten a otra cosa, es decir, cuando vemos, escuchamos, olemos, tocamos o gustamos esa forma, nos recuerda a otra cosa. Las formas evocadoras pueden ser cualquier cosa. 
Ahora voy a ahondar un poco más en las formas y en lo que pueden ayudarnos a la hora de crear, sobre todo, a través de las operaciones creativas, que pueden usarse para manipular la forma evocadora hasta que nos lleve a aquello que nos evoca o a algo totalmente nuevo.

FORMAS INDUCTORAS

Las formas inductoras son formas geométricas y simples (un cuadrado, un triángulo…) que sirven como base para realizar otras cosas con ellas. Las formas inductoras son la base de los modelos inductores que originan la creación de formas más complicadas, basadas en las primeras. Todos sabemos que con dos cuadrados y unos simples trazos rectos podemos transformarlos de las dos dimensiones del cuadrado a las tres de un cubo.

En clase hicimos un ejercicio en el que el profesor dibujó una especie de uve en la pizarra y de ahí fueron saliendo todo tipo de cosas: un pájaro, un valle, una montaña, las manecillas de un reloj… Aquí está trabajando la asociación, que funciona gracias a la memoria que guarda estas formas en nuestra mente para poder relacionarlas cuando vemos algo que nos las evoca.
Hay formas que tienden a ser sagradas: un corazón, una cruz… Otras tienden a ser abiertas: un simple par de trazos puede evocar muchas cosas, un punto puede estar presente en casi cada forma; o cerradas: un cuadrado por ejemplo solo puede evocar cosas más concretas que compartan la forma principal.

Las formas inductoras pueden ser la base también para la mejora de objetos cotidianos. A partir de la forma simple podemos ir añadiendo o quitando partes (operaciones creativas) hasta que consigamos un diseño que se adapte a las nuevas necesidades que han propiciado la búsqueda de la mejora. Estas formas entonces ayudan a potenciar la creatividad, ya que nos obliga a mirar más allá de la forma conocida.

Las dieciocho operaciones creativas que podemos utilizar son:
  • Aumentar/ Disminuir: tiene que ver con alejar o acercar el foco desde el que se observa, es como cuando ampliamos una fotografía.
  • Sumar/Restar: a una forma podemos sumarle o restarle trazos para conseguir otra cosa.
  • Multiplicar/Dividir: como en las operaciones aritméticas, podemos multiplicar los trazos o partirlos para conseguir otra cosa de ellos.
  • Sustituir: eliminar una parte para cambiarla por otra, como en el caso de las piezas estropeadas de un coche, se sustituyen por otras iguales o diferentes que consigan darnos la misma función u otra nueva.
  • Invertir: tiene que ver con el contrario, es decir, si una forma es negra con fondo blanco para invertirla cambiaremos los colores.
  • Unir/Desunir: al juntar partes o separarlas podemos llegar a un nuevo objeto o varios. Como las mangas de una chaqueta si las desunimos del resto, podemos hacer un chaleco.
  • Incluir/Excluir: una forma puede ser un conjunto de trazos, por lo tanto al separa algunos de esos trazos o al incluir otros que no estaban podemos convertirla en otra cosa totalmente diferente.
  • Adaptar: tiene que ver con algo ya creado a lo que se le puede dar otro uso.
  • Reordenar: o recolocar las distintas piezas para conseguir algo nuevo.
  • Renovar: se refiere a en base a una forma cambiar alguna o algunas de sus partes pero manteniendo la esencia, por ejemplo cuando se actualiza un diseño que ha quedado obsoleto.
  • Combinar: utilizando elementos que en un principio no se utilizan juntos y combinándolos podemos conseguir nuevas soluciones.
  • Dar otro uso: es utilizar una forma para algo para lo que no se la utilizaba antes, tal y como está, sin modificaciones.
  • Dotar de cualidades: tiene que ver con el uso también, es añadir cualidades que no tenía antes o que no se veían antes.
  • Modificar: cambiar alguna de sus partes o el todo para conseguir un nuevo diseño.

A través de todas estas operaciones podemos encontrar nuevas soluciones gracias a la evocación que producen las formas.

REPRESENTACION Y RECONOCIMIENTO DEL MUNDO

El mundo es el lugar en el que nacemos, vivimos y morimos. Por consiguiente, también es el mundo y sus habitantes la razón por la que creamos: el mundo está incompleto y algo falta porque el ser humano tiene necesidades.

La representación del mundo se ha realizado desde siempre. El ser humano siempre ha tratado de representar lo que ve, desde las pinturas rupestres o los jeroglíficos egipcios, hasta hoy en día con las fotografías o videos que consiguen una representación casi real del mundo que nos rodea. Hace 2.200 años Eratosthenes realizó un mapa que solo abarcaba Las Islas Británicas y la India. En este caso representó el mundo conocido por él.

Cada mundo representado puede ser distinto, ya que nuestro entorno y nuestra educación y cultura hace cambiar la forma en la que vemos ese único mundo. El centro del mapamundi de cada uno estará probablemente e la ciudad en la que nacimos o vivimos.

El reconocimiento se refiere a que cada representación que realizamos de algo, evoca alguna forma y por ello nos recuerda el objeto al que se refiere. Aquí la creatividad es básica ya que sin ella no podríamos haber salido de esas mismas formas que la naturaleza nos da. La naturaleza no crea líneas rectas perfectas casi nunca, pero otras muchas formas si están presentes y por ello podemos reconocerlas sin esfuerzas.

Otras formas más complejas se basan en esa cultura que todos tenemos y que es mundial: si representamos una estrella con simples trazos rectos aquí y en Pekín te dirán que ese dibujo representa una estrella o el concepto que nosotros tenemos de cómo es una estrella, ya que en realidad no tiene esos picos dibujados, si no que es una punto de luz que no alcanzamos a ver más que en la lejanía.

La imaginación y el mundo de las ideas son abstractos, por ello nos nutrimos de las formas representadas y reconocidas para crear. Grandes cantidades de inventos han surgido de la observación de la naturaleza: las alas de un avión y su forma están basadas en la forma de un pájaro, un animal que de por sí puede volar. Por lo tanto si ese diseño es válido para que el pájaro vuele, con unas ciertas modificaciones debería ser válido para que el ser humano volara.
Todas estas visualizaciones mentales deben proyectarse y representarse en el mundo real, ya que si no, no pasarían de ser eso mismo: meras visualizaciones o ideas abstractas.



A PROPOSITO DE LA SIMPLICIDAD Y LA EXCELENCIA.

En un mundo cada vez más complejo, la simplicidad está convirtiéndose en una de las claves del éxito. Cómo dice de Bono en su libro “Simplicity”, hay cantidad de personas que se compran un ordenador o hace un tiempo un video, y no utilizaban la mayoría de sus funciones porque son “demasiado complicadas”.

Normalmente, hay una manera más simple de hacer las cosas y en muchas ocasiones esta es la manera que nos llevará a la excelencia. Pero claro, esto implica buscar esa manera más simple de hacer las cosas, algo a lo que no siempre estamos dispuestos, ya que preferimos el camino hecho al camino que hay que hacer.

De Bono dice también en su libro que “La simplicidad es fácil de de usar pero difícil de diseñar y para ello necesitaremos algo de creatividad”. Las cosas más simples entonces no están exentas de ser creativas simplemente por ser simples.

Casi todo el mundo considera valiosa la simplicidad. En el caso de la publicidad por ejemplo, a veces los eslóganes o anuncios más simples son aquellos que permanecen mejor en la mente del consumidor, porque le resulta fácil comprenderlo e identificarse con ello. Lidiar con la complejidad es ineficiente y además un gasto innecesario de tiempo, atención y energía mental. Es por ello que los anuncios más simples triunfan más.

El cerebro humano intenta simplificar la vida configurando unos patrones rutinarios de percepción, atención… entonces, ¿por qué no hacerle caso al cerebro y hacer las cosas más simples? No hay excusa para que cosas que puedan ser más simples se compliquen sin ningún motivo aparente.


De Bono nos da 10 reglas  de la simplicidad en su libro:
  • Darle un valor alto a la simplicidad: Normalmente se le da valor pero como de segunda, no se considera tan importante.
  • Determinación para buscar la simplicidad: Hay que estar motivado y determinado a encontrarla, ya que a veces la solución más simple no es la primera en acudir a nuestra mente. 
  • Entender muy bien el asunto: Ya que si no comprendemos todo lo que implica, no seremos capaces de dar con la solución más simple.
  • Diseñar alternativas y posibilidades: el análisis es muy importante para la simplificación, por lo que el diseño necesita creatividad y pensamiento lateral. No es cuestión de diseñar “la única manera”, si no de ir diseñando diversas alternativas y posibilidades hasta dar con la mejor y más simple.
  • Es necesario desafiar y descartar elementos existentes: todo necesita ser desafiado para justificar su existencia. Si algo no puede justificarse es mejor eliminarlo y no salvado simplemente por ser tradicional.
  • Hay que estar preparado para volver a empezar desde el principio: es mucho más sencillo y tentador tratar de modificar un diseño ya existente para hacerlo más simple. Pero muchas veces es necesario empezar desde el principio para dar con la solución más simple. La reestructuración puede ser total o de alguna de las partes, lo importante al fin y al cabo será explicar por qué es más útil utilizar un nuevo diseño.
  • Es necesario utilizar conceptos: Los conceptos son la manera en la que el cerebro simplifica lo que hay a nuestro alrededor, así simplifica el mundo. Los conceptos son el primer estadio de pensamiento a la hora de crear.
  • Puede ser necesario romper cosas para convertirlas en unidades más pequeñas: al ser más pequeñas también son más manejables. Las unidades pequeñas organizadas pueden servir para nuevos propósitos o mejorar los ya existentes. Los sistemas complejos funcionan mejor si se organizan en subsistemas.
  • Hay que ser capaz de descartar otros valores en favor de la simplicidad: A veces es mejor cambiar o quitar algunos elementos para conseguir dar con esa simplicidad necesaria. Para eliminar elementos necesitamos tener muy clara el sentido de los valores y las prioridades de un diseño.
  • Necesitamos conocer para quien se ha diseñado la simplicidad: no es lo mismo ser simple para el usuario que para el creador. Es como los programas informáticos, crearlos es muy complicado para que el usuario pueda usarlo de manera simple. Debemos tener claro al diseñar algo quien se va a beneficiar de esa simplicidad.
  • A través de la simplicidad y con estas reglas de De Bono, podemos alcanzar la excelencia, que muchas veces no se encuentra en la solución más nueva o más atrayente, si no en la solución más simple que cumple con la función para la que se ha creado.
  • Para De Bono “La complejidad daña a todo el mundo, así que la simplicidad es cosa de todo el mundo. ¿Por qué no permitir que ayude todo el mundo entonces?
Creo que De Bono me ha dejado muy claro que para ser excelente, lo mejor es tratar de ser simple. 


     Bibliografía:

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