martes, 27 de diciembre de 2011

Potencia tu creatividad

TEMA: INTELIGENCIA CREATIVA Y APLICABILIDAD


La Real Academia Española define la inteligencia como:
1. Capacidad de entender o comprender.
2. Capacidad de resolver problemas.
3. Conocimiento, comprensión, acto de entender.
4. Sentido en que se puede tomar una sentencia, un dicho o una expresión.
5. Habilidad, destreza y experiencia.
6. Trato y correspondencia secreta de dos o más personas o naciones entre sí.
7. Sustancia puramente espiritual.

Nada menos que siete definiciones distintas para una misma cosa: la inteligencia. Esto nos demuestra que la inteligencia no está solo en los libros, la experiencia, o el cerebro. La inteligencia es un compendio de todo eso y mucho más.

Es interesante la quinta: habilidad, destreza y experiencia; La inteligencia creativa necesita de esa habilidad, esa destreza y esa experiencia para poder funcionar. No creo que la creatividad pueda salir de los libros más que de la experiencia y por ello la creatividad es una parte importante de la inteligencia.

Si volvemos a preguntar a la Real Academia como define en este caso creativa, solo encontramos tres acepciones:
1. Que posee o estimula la capacidad de creación, invención, etc.
2. Capaz de crear algo.
3. Profesional encargado de la concepción de una campaña publicitaria.

Esa capacidad de crear algo no va unida siempre a la inteligencia, hemos de juntar ambos términos para que salga la inteligencia creativa y salga la invención humana de la misma.
Ser inteligente no tiene porque ser creativo, pero hay algunos medios para explotar la inteligencia creativa que pueden ayudarnos a unir estos términos en nuestras cabezas. Veamos la aplicabilidad de la inteligencia creativa a través de:

 MAPAS MENTALES

El cerebro humano es muy diferente al procesador de un ordenador.
El cerebro trabaja de muchas formas: asocia, compara con recuerdos, resume los datos…el ordenador simplemente se ciñe a su software: procesa de una única forma: líneal.


Tony Buzan es un escritor y consultor educativo. Promociona la mnemotecnia y los mapas mentales en varios libros que ha escrito.

Los mapas mentales, o mapas de la mente, son un método para tomar nota y utilizar la asociación para generar nuevas ideas a través de una representación gráfica de las mismas.

Para hacer un mapa mental, se debe comenzar en el centro de la página con la idea principal, y trabajar hacia fuera uniendo todas aquellas ideas que estén entrelazadas. Se debe hacer de forma organizada y utilizar palabras clave. También es importante la memoria visual, para lo que se utilizan colores, símbolos, y todo aquello que ayude a que se quede mejor en la mente.

Los Mapas Mentales van asemejándose en estructura a la memoria. Es por esto por lo que ayudan a organizar la información.

Los mapas mentales se pueden utilizar desde la infancia ya que ayudan a aprender mucho más rápido y pueden ser utilizados también como elemento de estudio a la hora de organizar la información que se ha de aprender.
A través de los mapas mentales podremos organizar el flujo de información de nuestro cerebro y así  nos será más fácil también encontrar soluciones a problemas. Evidentemente, estos mapas también son muy útiles para estimular la creatividad ya que a través de palabras clave e imágenes visuales somos capaces de conectar mejor los conceptos.

Ejemplo de mapa mental sobre organizarse el tiempo.
Los mapas mentales son muy útiles para:
  • Organizar información
  • Solucionar problemas
  • Producir y aclarar ideas.
  • Estudiar.
  • Concentración.
  • Estimular la imaginación y creatividad.
  • Mejorar la comunicación en un equipo de trabajo.
  • Planeamiento.
  • Toma de decisiones.
  • Brainstorming.

 CREATIVIDAD Y ORDENADOR

La aparición del microordenador ha posibilitado la revolución informática al dar dimensión social a su empleo. Desde la aparición en los años 60 de esta tecnología, se supo que iba a revolucionar la sociedad.

Si reflexionamos sobre el papel de los ordenadores en la sociedad, cada vez es más importante preparar y estar preparados para lo que nos pide la Sociedad de la Información: el uso de ordenadores e Internet.

El ordenador utilizado en un entorno educativo puede favorecer el proceso de aprendizaje. Por lo tanto también podemos  utilizar el ordenador en ámbitos como el de la creatividad. Si el ordenador nos ha facilitado la vida en tantos otros campos, por qué no utilizarlo para crear.

El ordenador puede funcionar como los mapas de la mente: nos puede ayudar a organizar la información que necesitamos para desarrollar nuestra tarea creativa. La simulación a la que podemos acceder desde los ordenadores es otra parte importante que se ha utilizado por ejemplo en campos como la Arquitectura o la Ingeniera. Son campos con grandes necesidades de creatividad para solucionar problemas, pero a la vez con los recursos de un ordenador y los programas que ayudan a ahora a diseñar, la tarea se vuelve mucho más sencilla y concreta.

Tomemos como ejemplo los videojuegos: son una forma nueva de contar una historia. Es la narración de toda la vida, pero ahora vivida (virtualmente claro) y no solo vista o leída. Ahora el jugador crea el juego, no solo participa: “La  dialéctica creativa que el videojuego genera en relación con la historia que alimenta, contribuye a una teoría de la narratividad de los juegos; que  la narración se inaugura, avanza y clausura por la acción del juego mismo y  que el juego consiste en elegir”.

El ordenador es una herramienta que podemos utilizar en casi todos los ámbitos de la vida. ¿Cómo no íbamos a poder utilizarlo en el contexto de la creatividad? No tendría sentido, ya que hoy en día podemos incluso hacer la compra a través de un ordenador.
Lo único que debemos tener en cuenta en el caso de la creatividad y el ordenador es que el ordenador por sí mismo no puede ser creativo. Necesita de la mente humana que lo programe o utilice sus herramientas para poder desarrollar creatividad. Incluso en el caso de inteligencias artificiales que crean, siempre hay detrás de ellas un creador que ha programado la computadora para que realice esas actividades.

SEIS SOMBREROS PARA PENSAR

Edward de Bono es un escritor, psicólogo e investigador del pensamiento que con su libro “Seis sombreros para pensar” pretende enseñarnos otra manera de tomar decisiones. Hasta cierto punto tiene similitudes con los mapas mentales, ya que proviene de ese tipo de pensamiento: el pensamiento lateral, cuyas ramificaciones explica en otro libro que lleva por título “El uso del Pensamiento Lateral”.

En el libro, de Bono nos explica que el pensamiento es el máximo recurso del ser humano, pero que nunca estamos satisfechos con esta capacidad. La dificultad principal para el pensamiento es la confusión. Intentamos hacer demasiado al mismo tiempo: emociones, información, lógica, esperanza y creatividad son demasiado y acaban agobiándonos.

El método de los seis sombreros nos permite separar la lógica de la emoción, la creatividad de la información… Este es el concepto de los sombreros para pensar: ponerse uno implica definir un cierto tipo de pensamiento. Está diseñado para sacar al pensamiento del estilo argumentativo y llevarlo a un estilo cartográfico o de mapas mentales que nos ayuden a elegir una ruta a seguir.

El primer propósito de los sombreros es llevarnos al pensamiento deliberado, es decir, que el pensamiento implique “algo más que meras reacciones frente a una situación”. Existen dos tipos de pensamiento: el automático que nos hace caminar, respirar… nos hace encarar las rutinas; y el deliberado, que nos sirve para hacer las cosas mejor, no solo encararlas y resolverlas. El segundo propósito de los sombreros es permitir una variación del pensamiento.  Proporcionan un lenguaje directo que no es ofensivo para el ego de nadie.

Lo que representa cada color es:

  • Sombrero blanco: virginidad, hechos puros, números e información. Es un ordenador que muestra hechos neutral y objetivamente. Existen hechos verificados y hechos que se creen verdaderos pero no  han sido verificados. Hay que matizar donde entra la credibilidad: desde siempre verdadero hasta nunca verdadero, pasando por en general, a veces… El pensador de sombrero blanco es una disciplina y una dirección.
  • Sombrero rojo: emociones y sentimientos así como presentimientos, intuiciones… Permite expresar como nos sentimos respecto al asunto que se trata. Provee al pensador de un método conveniente para entrar y salir del modo emocional sin necesidad de justificarse o basar esos sentimientos en la lógica.
  • Sombrero negro: abogado del diablo, enjuiciamiento negativo, razón por la que algo no resultará. Se ocupa específicamente del juicio negativo, señala lo que está mal o es erróneo. No tiene que ver con la argumentación, es un intento objetivo de poner en el  mapa elementos negativos. Ayuda a ver que podría ir mal.
  • Sombrero amarillo: luz del sol, brillo y optimismo, positividad, constructivo, oportunidad. Se ocupa de la evaluación positiva así como el negro realiza la negativa. Abarca desde el aspecto lógico y práctico a los sueños, visiones, esperanzas… Trata de manifestar un optimismo bien fundado.
  • Sombrero verde: fertilidad, creatividad, plantas brotando de las semillas, movimiento, provocación, exploración… La búsqueda de alternativas es un aspecto fundamental de este sombrero. Hace falta ir más allá de lo conocido, lo obvio y lo satisfactorio.
  • Sombrero azul: moderación y control, director de orquesta, pensar en el pensamiento, organización…  Es el director de orquesta: propone o llama al uso de los otros sombreros. Define los temas que deben tratarse, es decir, establece el foco: define los problemas y elabora las preguntas… determina las tareas de pensamiento a desarrollar.

El valor de los sombreros es proporcionar roles de pensamiento y así ayudar al pensador a no quedar estancado en un único tipo de pensamiento.
A lo largo del libro, De Bono nos muestra con ejemplos de frases que podrían surgir en la utilización de este método en un contexto de reuniones empresariales, tipo: “Voy a ponerme el sombrero negro para señalar ciertos errores que he advertido en la presentación” o “tengamos 10 minutos de pensamiento verde a ver si se nos ocurren ideas nuevas”.

Los sombreros puede ponérselos uno mismo o pedir a los demás que se los pongan sin dañar el ego, tan importante en el mundo de las reuniones empresariales que nos muestra de Bono en su libro. Lo que debe quedar claro es que es otra manera de aplicar la creatividad y ayudarnos a sacar nuestro máximo potencial separando todos estos roles de pensamiento distintos.


Cuando se realizó en la clase de Métodos de Creatividad la técnica de los sombreros, el profesor añadió un color más: el morado. Este color representaba el respeto y la tolerancia hacia los pensamientos de los demás, algo que la verdad nos hace más falta en el mundo y si pudiéramos decidir cosas de gran importancia para nuestra sociedad con este método, el sombrero morado sería necesario y además decisivo. 

Bibliografía: 

Seis sombreros para pensar, De Bono, E.
Creatividad, ordenador y escuela, Pérez, C.

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