Un autofotorretrato debe representar a su autor, no ser una mera fotografía de su cara o su cuerpo, debe decirnos algo de esa persona. Ahora voy a explicaros mi elección y por supuesto a mostrarla.
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Coco Crash original |
Yo fui una niña de la generación nacida en los 80. Me siento muy orgullosa de mi infancia y de pertenecer a este grupo selecto de nacidos entre 1980 y 1989. Nacer en esta época me ha marcado mucho y me ha hecho ser quien soy en gran parte. Por eso he escogido un juguete de mi infancia como soporte de mi autofotorretrato: el Coco Crash.
Para aquellos que no lo conozcan, el Coco Crash era una especie de puzzle que podía montarse también como un cubo además de plano. Los había de varios colores y cada color representaba una dificultad distinta. Podíamos pasarnos una tarde sentados a una mesa intentando montarlos todos, además había varias formas de hacerlo. Me pongo nostálgica solo de pensarlo... aysss.
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Las 6 caras |
El Coco Crash es el vehiculo perfecto para mostrar mi autofotorretrato: como todo el mundo soy un puzzle y tengo mis piezas. Cada pieza corresponde a una parte de como soy: Paula soñadora, Paula enfadada, Paula loca, Paula triste, Paula enamorada, Paula pensativa... son solo algunas de las Paulas y a la vez ninguna, porque sin todas y cada una de esas piezas no sería quien soy ahora mismo.
Las piezas se unen para formas un cubo, un todo, mi mundo. Ese cubo soy yo y por eso he aprovechado que la marca que los fabricaba era "Evaland", este es PaulaLand que representa la unión de todas esas caras.
En la pieza correspondiente al nombre del juego Coco Crash, he colocado Paula Crash para representar que soy como este puzzle que te "rompía el coco". Porque yo soy asi, soy muchas y ninguna, simplemente soy yo.
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El Coco Crash sobre el Paula Crash |
Para realizar el Paula Crash he utilizado el material comunmente conocido como corcho blanco. Pegando varias capas del material hasta conseguir un grosor óptimo, después procedimos a pintarlo y rematarlo con cinta azul que facilita el montaje y ayuda a que las piezas se sujeten mejor. Una vez seca la pintura, sacamos las fotos emulando un poco las caras del Coco Crash que tenía en casa y utilicé como modelo.
El resultado ya lo veis. Ha sido muy divertido hacerlo pero también me ha dado algún que otro quebradero de cabeza. Lo normal en las actividades creativas y parte de su encanto: resolver esos problemas que van apareciendo con el desarrollo.
Por último quiero dar las gracias a un par de duendes que me han echado una mano, sin ellos no habría sido posible este despliegue. Espero que os guste tanto como a mí.
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Paula Crash |
Resto de imágenes realizadas por mí.